40 años calmando la sed de la gente

En vaso de plástico y con sorbete se sirve el jugo de coco que prepara por 40 años don Miguel Ariosto Velecela Sánchez, un hombre sencillo, de piel trigueña, que recorre las calles de Azogues a bordo de su triciclo plateado.
Nacido en Charasol un 14 de febrero de 1940, “El Coquero”, como le conocen sus clientes, no deja de preparar el producto muy apetecido por generaciones de niños, jóvenes y adultos para calmar la sed, sobre todo cuando hace sol.
Ya le falta menos de dos años para llegar a los 80 y según comentó muy sonriente, con mirada recóndita bajo un gorro negro que cubría su blanca cabellera, todavía le quedan fuerzas para trabajar; esto es su modo de vida.
Ahora, que inició el año lectivo, con empeño empujaba su triciclo hasta el sector de la Unidad Educativa La Salle, en donde se ubica a la espera de que cuando los estudiantes salgan se sirvan el jugo de coco.
Subía por la calle Luis Cordero y en la esquina con la Tres de Noviembre, frente a la parada de taxis Verdeloma, optó por un descanso; en esa pausa habló de su trayectoria en una conversación entrecortada, pues a la gente que pasaba se le apetecía y hacían su pedido.
Don Miguel vivió por cerca de 10 años en La Troncal, con su familia, donde aprendió a hacer esta bebida convertida ya en una tradición en Azogues. En su juventud trabajó por 15 años en el ingenio azucarero San Carlos, en la siembra y cosecha de la caña de azúcar. Se salió a raíz de que entró el mecanizado (maquinaria).
Su receta
“En agua templadita se saca la leche de coco y tiene que ser del negro, si es en muy fuerte se sancocha y no sale nada, si es muy fría se hace una bola; entonces ni muy fuerte ni muy fría”, expuso parte de su receta, a la que adiciona azúcar.
Manifestó que la cantidad de cocos que prepara hoy en día no tiene comparación con lo de antes, cuando las ventas solían ser por cientos; actualmente no va más allá de uno a dos unidades, según el clima y vende hasta 3 dólares.
“Hay mucha competencia, ahora salen tantos y la gente confunde, no saben que hacen solo leche, agua y esencia; lo mío es coco puro, nunca pongo leche”, enfatizó.
Frente al hospital Homero Castanier Crespo arrienda un cuarto para preparar el jugo, que lo vende en vasos de 30 y 50 centavos, hasta 1 dólar.
“El Coquero” sale de lunes a sábado a recorrer la capital del Cañar y aprovecha los lugares de concurrencia masiva, como parques, plazas y mercados.
En tanto que los domingos va al cantón Biblián, por ser el día de feria.
Es padre de cinco hijos, todos mayores de edad que trabajan en diferentes actividades. Vive por la zona de San Francisco, vía a San Marcos, con su hijo Carlos. Es hasta bisabuelo.
También hace helados
Miguel Velecela también sabe preparar helados de paila, con ello empezó en el negocio ambulante, aunque ahora ya no lo haga. “Sé batir el helado yo mismo, ahora ya ni creo que hay esas tinas en las que hacía y salía a vender”, dijo. (I)