Azogues

Av. 16 de Abril convetida en cantina

Moradores de la avenida Dieciséis de Abril aseguran que no pueden dormir en tranquilidad los fines de semana. El ruido y vocabulario soez de personas de todas las edades que frecuentan la zona les incomoda.

A lo largo de esta vía se encuentran emplazados bares, discotecas, karaokes y otros centros de diversión que atraen la presencia de hombres y mujeres, desde los jueves hasta los domingos, cuyo comportamiento no sería adecuado, sobre todo en horas de la madrugada.

Milta Mendieta habita en el sector La Concordia, frente a una discoteca y un bar. Dio a conocer que en la avenida cada fin de semana hay una cantidad considerable de personas ebrias.

“No estoy ponderando, pueden preguntar a los vecinos que es incomparable los jueves, viernes y sábados; uno quiere estacionarse y no hay cómo porque no hay espacio”, expresó la moradora.

Mencionó que el vocabulario que emplean los muchachos es hasta grosero; además ponen alto volumen los parlantes de su vehículos y el ruido retumba las ventanas de las viviendas, lo que les impide dormir.

“Tenemos que estar llamando a la Policía para que vengan a poner calma”, aseveró Mendieta, al añadir la zona era tranquila, antes de que se abran los establecimientos de diversión.

Agregó que las paredes y cerramientos de las casas se han convertido en urinarios públicos y hasta depósitos de botellas rotas.
Ítalo Quishpi coincidió con su vecina. Dijo que la zona constituye hoy en día un nido de gente que les han mandado de otras ciudades. “Esto se ha convertido en un lugar de diversión juvenil, donde no se puede descansar ni dormir”, comentó.

Su familia por ejemplo está con problemas de salud auditivos. Su hija tiene migraña y no puede dormir porque no existe un control del volumen.
“No podemos decir nada, porque cuando salimos nos exponemos a la falta de respeto de jóvenes que se encuentran en estado de embriaguez y quién sabe algún otro consumo de sustancias estupefacientes, porque aquí está expuesto a todo”, detalló.

Han pensado incluso en vender sus predios e irse a vivir en donde haya tranquilidad, porque aquí, según afirmaron, se torna invivible.

Dany Pulgarín, propietario de un local ubicado en la avenida, dijo que el consumo de licor se da en la vía pública y los establecimientos muchas de las veces están vacíos, porque el control a nivel interno es estricto, donde se exige documentos, ser mayores de edad, no estar en estado etílico, vestimenta y otros parámetros, con órdenes de la institución que les regula.

“Cumplimos todo eso, podemos conos al frente del local y todo eso, pero la gente compra el licor y toma acá. No hay una ordenanza o algo así como para que les prohíba el hecho de beber en la calle. Incluso tengo amigos de Cuenca que vienen a Azogues y dicen que aquí no molestan”, expresó.
Concordó que el ruido es exagerado. También en muchas situaciones se ha visto obligado en pagar a personal para que después del día de labores recoja las botellas arrojadas, que no son ni siquiera adquiridas en su negocio.

“Bueno fuera que todas esas botellas salieran de acá, estuviera contento, no me quejara, pero no es así”, agregó al indicar que compran en otros lados y acuden al lugar para consumir.

El alcalde de Azogues, Virgilio Saquicela, señaló que una vez que entre en funcionamiento en la avenida, previsto para el mes de octubre, quedará totalmente prohibido el estacionamiento, por ello los locales deberán contar con parqueaderos internos. (I)

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