
A fin de mitigar los efectos del cambio climático, la prefectura del Cañar, trabaja en el proyecto de conservación de suelos mediante estrategias silvopastoriles y forestales, en la parroquia Ingapirca del cantón Cañar.
Esta iniciativa ambiental, permite mejorar la calidad de vida de los participantes en el proyecto, a través de la aplicación de metodologías agroforestales y de producción, basadas en el aprovechamiento racional de sus recursos naturales.
El Prefecto del Cañar, Bayron Pacheco, dijo que se trata de actividades amigables con la naturaleza, en las cuales las familias involucradas desarrollan sus actividades agrícolas y pecuarias mediante el manejo responsable del uso del suelo, así como de los demás recursos naturales.
“El monto de la inversión del proyecto es de 43.817,88 dólares, incluido el aporte valorado de la mano de obra de los beneficiados, en la preparación de los terrenos a intervenir”, indicó.
Los integrantes del proyecto del componente silvopastoril pertenecen a 23 familias de las comunidades de: Silante Bajo, Silante Alto, Cajontambo, Cochampamba y Chugüín Grande. En tanto que en la estrategia forestal participan 600 usuarios del sistema de riego de Ishcayacu.
El componente forestal incluye la reforestación y forestación de 10 hectáreas con plantas nativas, tales como aliso, arrayán, y cedro, en zonas degradadas, suelos totalmente erosionados o donde no existen plantaciones. Esto con la finalidad de repoblar con árboles y vegetación, a fin de mitigar los efectos del cambio climático.
Además se efectúan obras de conservación y protección para evitar el arrastre de los suelos por erosión hacia las zonas bajas.
En el área silvopastoril se trabaja en capacitación, talleres grupales y unipersonales sobre acidez y alcalinidad de suelo (PH), fertilización orgánica, apoyo al mejoramiento de 20 hectáreas de pasto, siembra de plantas nativas como cercas vivas, mejoramiento en zonas de alto riesgo, turismo, visitas técnicas de seguimiento a plantas nativas, y cuidado y crianza de animales menores.
Los técnicos extensionistas a más apoyar en la ejecución del proyecto, se encargan de dar acompañamiento técnico a las comunidades, en lo referente a temas agrícolas, pecuarios y forestales.
María Isolina Tenezaca Yupa, beneficiaria de la comunidad de Silante Alto, dedicada a la agricultura y ganadería como única fuente de ingresos para el sustento de su familia, dijo que la dotación de insumos como plantas, pastos y abono, contribuye a mejorar las condiciones de vida para quienes participan en el proyecto agroforestal, así como aporta al cuidado y protección de la naturaleza.
“Nosotros tenemos que participar de capacitación, sembrar, cuidar, deshierbar, para la conservación de los suelos. Los árboles dan vida y alegran el paisaje, además atrae las lluvias y riega el campo”, señaló.
“Yo sembré 200 plantas, de las cuales casi todas están viviendo, pero para ello hay que cuidar todos los días, más en época de verano. Hay que cuidar, regar, aporcar igual que la chacra” dijo María Angelita Maurizaca, de la comunidad de Silante Bajo.
“Yo sembré siguiendo mis linderos, y en otros lugares para protegernos del viento. Poco a poco se han de hacer grandes y serán de gran beneficio; además traen la humedad, y la agüita lluvia”, señaló. (I)