
“No se puede cruzar de un extremo a otro de la avenida José Peralta (Panamericana) aquí en Ingaloma, los carros van y vienen, es imposible; en horas pico hay que esperar de 10 a 15 minutos para pasar”, expresó indignado Ángel Altamirano, quien reside en el sector por alrededor de 30 años, al sur de la ciudad de Azogues.
Como él, docenas de personas que habitan por el lugar corren un riesgo inminente y es por ello que exigen a las autoridades procedan con la instalación urgente de semáforos que regulen el tránsito y la movilidad, antes de que se presenten accidentes.
Asegura que el paso cebra pintado hace algún tiempo está descolorido, por ello hay un total irrespeto de quienes están frente a un volante.
Relató que los conductores al circular por dicha avenida, desde el centro urbano hacia la parroquia Borrero, en sentido norte-sur, una vez que pasan el rompe velocidades ubicado metros más abajo del ingreso al nuevo mercado, imprimen altas velocidades hasta la Unidad Educativa Santa Marianita “y no hay quién les pare”.
Hay temor por los estudiantes que cuando salen de clases bajan desde la ciudad a bordo de los buses urbanos y deben quedarse en Ingaloma, para atravesar la vía y dirigirse a sus hogares; pues la zona se ha poblado con la construcción de dos nuevas ciudadelas.
Elena Ortega reside en una vivienda ubicada a la orilla de la vía. Dijo ser testigo de vehículos “fantasmas que pasan volando”, situación que obliga a prohibirle la salida a su sobrino de corta edad, por temor a incidentes.
Los moradores esperan que su solicitud sea atendido y les devuelvan la calma, lo que reclaman es seguridades para movilizarse. (I)