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Toquilleras de Biblián tejen sueños y traspasan fronteras

Los sombreros de paja toquilla, que a nivel internacional se comercializan de manera errónea bajo la denominación de “Panama Hat”, son de origen ecuatoriano y forman parte de un ícono cultural, así como un importante producto mercantil e incluso en nuestros días ha pasado a ser una artesanía que forma parte de un producto turístico.

Entre 1835 y 1845 la materia prima para su elaboración fue trasladada desde el litoral hacia la provincia del Cañar por Manuel Alfaro y Bartolomé Serrano, de Cuenca y Azogues, respectivamente. En 1849 los sombreros de Montecristi, Jipijapa y Cuenca se vendían ya en el exterior, en Panamá.

La Unesco declaró al tejido del sombrero de paja toquilla como Patrimonio Intangible de la Humanidad, el 5 de diciembre de 2012.

Según algunos historiadores, ésta manufactura en Ecuador se remonta al Período Formativo (3.500 a.C–500 A.C), representado principalmente por las Culturas Valdivia y Chorrera. Pero lo que si está claro y desde siempre, es que esta hermosa prenda es ciento por ciento ecuatoriana, elaborada artesanalmente por hábiles manos de mujeres y hombres de Montecristi, Jipijapa, en Manabí (Costa);y, Cuenca, Sigsig, Azogues y Biblián en el Austro ecuatoriano. (fuente internet).

En este contexto, en el cantón Biblián, como un objetivo del Plan de fortalecimiento socioeconómico gubernamental local, desde hace dos años se crea la Cooperativa artesanal “Padre Rafael González”, que aglutina a 100 mujeres de las parroquias y sectores rurales, así como del centro de Biblián, para la producción de sombrero de paja toquilla y otros productos más.

Uno de los resultados de su gestión es la obtención de la vida jurídica de la cooperativa, a la par que se ha implementando la capacitación para mejorar la calidad de producto y la diversificación del proceso de producción.

Además, se mantiene un convenio con la Junta Nacional de Defensa del Artesano y con la Junta Provincial. En la actualidad se mantiene una relación comercial con aliados estratégicos que permiten dinamizar la producción, para ello se ha conseguido nichos de mercado en Europa , Italia, Francia, España; en la actualidad se proyecta la exportación a los Estados Unidos.

Como proceso de comercialización se consiguió la marca propia, a través de la viceministra del ramo y el certificado la calidad del producto Bibilak. “Con esta marca venimos participando en diversos eventos nacionales e internacionales, con el apoyo de Fons Valencia, que aporta con recursos y tecnología”, manifiesta Guillermo Espinoza, alcalde de Biblián.

Además, las toquilleras de Biblián realizaron viajes para participar en ferias, como la ultima feria tricontinental en Tenerife España y como las únicas representantes el Cañar en el Habitat 3 Quito.

El GAD apoya en el proceso de producción y comercialización, se buscó el aporte del Gobierno Provincialdel Cañar, se creó un centro de acopio y procesamiento, ahí es donde las mujeres artesanas implementaron por iniciativa propia, al incorporar la minga del tejido todos los jueves donde se reúnen entre 40 a 100 mujeres para tejer, aprovechando también el espacio de trabajo y el compartir de experiencias.

En torno a la producción y acopio, con el apoyo de la Prefectura se cuenta con la maquinaria para procesar el sombrero, de tal manera que este sombrero que antes se vendía en 4 Y 6 dólares, hoy se vende a 11 dólares, con el acabado y se pretende vender a un poco más, argumenta Espinoza.

Las artesanas de la toquilla disponen de una tienda en donde se expone y comercializa el sombrero y más productos que son vendidos a turistas que pasan por el lugar.

El Municipio brinda con asistencia técnica y apoyo con el acompañamiento técnico de un profesional durante todo el proceso.
Para el alcalde Espinoza, lo importante es que en Biblián se está liderando una red regional de la producción de paja toquilla y se está abriendo posibilidades para que quienes no son parte de la cooperativa puedan unirse y trabajar en optimas condiciones.

El Municipio apoya desde hace 2 años esta iniciativa, se ha superado los 200 mil dólares mediante el aporte económico, con técnicos, capacitación, renta de locales de acopio y tienda de comercialización. “El GAD continuará apoyando hasta que estén en condiciones de caminar solas, todo esto nació como iniciativa de nuestro gobierno local”, aduce el alcalde de este cantón.

La presidente de la cooperativa “Padre Rafael Gonzales” es doña Fanny Tapia Urgiles, quien explica que esta cooperativa nació en noviembre del 2015. El objetivo es producir el sombrero, apoyarnos entre productoras, pagar un precio justo y ganar todas, dice.

Urgiles narra que el sombrero se elabora por pedidos, se exporta para Italia, generalmente se envía 200 docenas de sombrero, se han dado 10 exportaciones, se han enviado 16 mil sombreros a Italia y Francia. “El próximo año abriremos una tienda para distribuir, pues yo estuve realizando gestiones en ese país para concretar la tienda”. El producto se entrega en estuches de cartón, Doña Fanny cuenta, que tienen en stock 4.000 cajas, mensualmente salen 300 sombreros ; semanalmente venden entre 500 y 1000 dólares en su tienda.

En grupos de tres, cinco y siete mujeres se reúnen en toda la sala de tejido, mientras con sus delicadas manos rápidamente van dando forma a lo que será un elegante sombrero, se escucha el murmullo de sus voces entre risas, diálogos, manifiestan que en la minga de tejido han encontrado un segundo hogar, en donde se olvidan de problemas y encuentran una familia.

En mayor numero, las tejedoras son mujeres adultas; sin embargo las jóvenes van vinculándose para perfeccionar el arte del tejido de la paja toquilla. Aquí acuden tejedoras de Gulanza, San Camilo, Papaloma, La Nube, Vaqueria, y de los alrededores de Biblián.

Un solo varón ha decidido romper los mitos machistas y unirse al grupo, es don Miguel Acebedo, a quien le encontramos planchando y colocando cintillos a una gran cantidad de sombreros que fueron usados en el desfile de los 150 años de la creación de la Universidad de Cuenca. Muy contento se escucha intercambiar palabras con su compañeras.

También nos cuenta doña Fanny que viajó a España por dos ocasiones. “Ahí nos recibieron bien, nosotros demostramos a los españoles como hacemos el sombrero con nuestras manos, en los municipios participamos en reuniones con alcaldes y nos pidieron que les enseñemos, los más entusiasmados eras los niños y jóvenes. La segunda vez nos fuimos a participar en la feria de Tenerife con 150 artesanos de todo el mundo y vendimos mas de 6 mil euros”, agrega.

La materia prima para elaboración del sombrero la traen de Montecristi, en los próximos días las tejedoras viajaran a este lugar para conocer sobre la producción de la paja toquilla. “La diferencia entre el sombrero de Montecristi con el de Biblián es que, allá tejen muy fino, de grado entre 12 muy liviano, mientras que nosotras hacemos entre dos y tres grados, por eso son más duraderos, menciona la presidenta de las tejedoras.

En una esquina del local, encontramos a doña Zoila Chimborazo prensando el sombrero, cuenta que elaboran 70 sombreros entre cuatro personas. El prensado sirve para dar la forma al sombrero, que pasa por cuatro etapas, hasta la colocada de cintillo, “es fácil prensar, hicimos un curso para aprender”, menciona.

Asimismo, doña Maria Rosa Wallpa Tenazaca, también describe sobre el proceso del sombrero, “nosotras aquí hacemos el planchado, maceteado, prensado, hoy estamos haciendo para la Universidad de Cuenca, para el desfile”, dice.

Miguel Cañas Voluntario de Fons Valencia, senderista y creador de rutas, se encontraba visitando el trabajo de las toquilleras y manifiesta que el sombrero de paja toquilla es un producto turístico muy atractivo y además es impresionante ver como tejen a mano las mujeres, “en España pensaban que esto se hace a maquina, pero al ver personalmente el tejido nos sorprendemos”, agrega.

La Universidad del Azuay, a través de facultad de Diseño, Arquitectura y Artes, dese el 14 de septiembre hasta el 12 de diciembre, lleva a cabo un curso de capacitación en diseños y tinturado de paja toquilla.

De su parte, Manuel Villalta, capacitador, manifiesta que esto pertenece a un proyecto de vinculación, entre el GAD de Biblián y la Universidad del Azuay, mediante la innovación en tejidos de alpaca y toquilla.

“Las mujeres aprenden sobre historia, como se da el color a la paja en color natural y se trabaja en el conocimiento experimental en generación de nuevas figuras y formas para ampliar la gama de productos, se terminará con un curso de marketing, para que puedan promocionar bien sus productos”. El curso tiene una duración de 120 horas, con un certificado emitido por la Universidad del Azuay. (I)

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