Azogues

Revelan inquietudes de dos escritoras azogueñas

Bertha_Romero-Mariana_Sacoto“Violines del recuerdo”, de la escritora azogueña Bertha Romero Heredia (1942) y “Costras en el alma”, de Marianita Sacoto Serrano (1946), son dos obras literarias que este jueves serán presentadas al público en el teatro “Jaime Roldós Aguilera” de la Casa de la Cultura Núcleo del Cañar.

Poemas románticos y nostálgicos con matices de gozo y de reconocimiento a Dios, contiene la obra de Bertha Romero, mientras que el trabajo literario de Marianita Sacoto, narra historias de la vida real de personas que migraron al extranjero.

“Violines del Recuerdo” “es un fiel testimonio de esos deslumbres románticos que van y vienen cuando las cuerdas de la añoranza vibran en el verso como idea y como palabra…Bertha Romero Heredia siente y sabe que la poesía no solamente está aperlada en los espacios versales, sino en la expresión anímica…”, anota el ensayista y crítico literario, Rodrigo Pesántez Rodas, en la presentación que impresa en la primera página del libro.

Romero dice que cada poema de su autoría es como “un hijo”, por eso no siente predilección por ninguno, sino a todos los ama entrañablemente, pues todos “nacieron de mí y llevan algo mío”, señala.

En su obra de 113 páginas, fluye la versificación libre, sin atajos, como ella describe; con poemas dedicados a sus hijos, a quienes extraña en sus largos momentos de ausencia, a sus padres, a su hermano que partió de este mundo y a la naturaleza que es para la autora un lugar de privilegio.

“No soy poeta, pero mi corazón siente en lo profundo que algo le inquieta y le impulsa a escribir”, dice la autora, cuando habla del pasado y recuerda que a los diez años escribió su primera composición: se trataba de un poema dedicado a la madre, por el cual recibió halagos y como estímulo un cuadro con la imagen de la Virgen María.

Bertha Romero admira a los más grandes exponentes de la literatura española y Latinoamericana, de los cuales conoce sus nombres y obras; igualmente destaca la labor e influencia de los escritores ecuatorianos, entre ellos nombra a la precursora del romanticismo en el Ecuador, Dolores Veintimilla de Galindo, y en la provincia del Cañar a un escritor y poeta muy poco conocido, Manuel J. Herrera.

También admira a Nela Martínez, a quien la consideraba su amiga, inclusive en su libro “Rumor de violetas”, Bertha Romero publicó un criterio escrito por Nela Martínez.

Rodrigo Pesántez Rodas, Marco Romero Heredia, su hermano, de quien hizo una publicación post mortem con el nombre de “La voz del silencio”, son otras figuras de la literatura del Cañar a quienes dice admirar profundamente.

Una de sus mayores satisfacciones la vivió cuando en marzo del 2004, la Dirección Provincial del Cultura del Azuay la invitó a participar en un recital poético en el teatro Carlos Cueva Tamariz, donde pudo compartir con grandes personajes de la literatura de Ecuador.

Bertha Romero agradece a Dios porque le ha dado la oportunidad de escribir y conocer a exponentes de la literatura ecuatoriana como Nela Martínez, Ana María Iza y Sara Vanegas.

“La presencia de la mujer en la literatura está matizada por grandes personajes que han hecho una grande presencia, pero también hay una ausencia muy notoria; la mujer del Cañar es muy susceptible, ama lo bello y quizás le falta un poco de dedicación para dar más valor a nuestra poesía”, concluye Bertha Romero.

Romero es autora de tres libros y coautora de uno. Por su labor ha recibido premios y reconocimientos. Trabajó en la Municipalidad de Azogues y en el Instituto Pedagógico “Luis Cordero”.

“Costras en el alma”

Este texto contiene, en sus 81 páginas, una historia que describe y cuenta hechos apegados a lo real, basándose en la narrativa social de la época. “Tiene un matiz o carácter de denuncia, queriendo reivindicar la situación de los sectores más afectados por la migración”, cometa en la presentación, el expresidente de la Casa de la Cultura del Cañar, Eduardo Crespo.

Según relató la autora, en el libro cuenta la historia de una familia cuyo padre decide migrar dejando atrás a su esposa, quien, junto a sus hijos, vive una dolorosa soledad que termina en tragedia.

La autora dedica la obra especialmente a una de sus hijas, a quien la ve como ejemplo de fortaleza, pues junto con su familia emigró para comenzar otro destino, y heroicamente ha permanecido en los Estados Unidos, por 17 años. Hoy está sola, pero erguida, dominando siempre la insensible melancolía, señala.

Marianita Sacoto escribió también hace algunos años, el poemario “Lágrimas entre rosas” y, próximamente, presentará una nueva obra escrita.

Dice que cuando escribe no le gusta aferrase tanto a la métrica, sino a los sentimientos y a la realidad de la vida.

Marianita Sacoto nació en Azogues, en 1946, a más de escribir, es una conocida intérprete que canta, como ella dice, con amor a su tierra. De su época de estudiante recuerda las clases de literatura con el profesor Carlos González Bravo, quien influyo positivamente en su inclinación por las letras.

Marianita Sacoto fue profesora de instrucción primaria, trabajó en varias escuelas de la provincia del Cañar. (I)

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