Migrante
Cotopaxi, otra ruta para los coyotes

Son hombres y mujeres de entre 18 y 30 años. La madrugada del sábado último permanecieron en los exteriores del aeropuerto de Cotopaxi. Todos llevan pequeñas maletas. Así esperan que se abran las puertas para abordar el único vuelo que opera desde esa terminal hacia México. Dicen que van de turismo.
En la fila hay un joven. Al inicio no habla. Pasa con la mirada en el celular. Pero en medio de la espera empieza a conversar. Dice tener 28 años, que está desempleado desde el 2018 y que tiene un hijo de tres años en casa. “Soy de Guamote (Chimborazo)”, cuenta. Su hermano lo acompañó. En el carro viajaron tres horas para llegar al aeropuerto. “Yo voy a decir que me voy de turismo, pero cuando llegue a México voy a cruzarme a EE.UU.”.
Habla de una agencia de viajes y asegura que allí le ayudaron a planificar todo. Familiares despidieron a migrantes que tomaron un vuelo hacia México desde el Aeropuerto de Cotopaxi.
Luego declara que el que está detrás es un ‘coyote’, al que contrató en su pueblo. Pagó USD 12 500. Todos son instruidos para decir que el trayecto es parte de un tour. Quieren evitar problemas con la Policía. A las 05:00 aparece un guardia del aeropuerto. “Solo pueden pasar quienes se van. En la puerta enseñen su pasaporte. Sigan, por favor”, dice en voz alta. El hermano mayor del joven de 28 años se retira la mascarilla y lo besa en la frente.
Lo abraza con fuerza por 10 segundos. Con voz entrecortada le dice que a pesar de no ser su papá, le dará la bendición para que llegue vivo a Texas. Ambos lloran. Antes de retirarse, le entrega un billete enrollado de USD 50. “Es todo lo que tengo ahorita. Si estás en apuros te puede servir. Cuídate, carajo, y que Dios te bendiga”. Se despiden y se alejan. Los migrantes llegaron al Aeropuerto de Cotopaxi con pequeñas maletas acompañados de sus familiares.
Cada sábado, un Boeing 737-500 sale con 129 pasajeros desde esa provincia. Información oficial indica que en cada vuelo, el 10% de los usuarios son impedidos de entrar y retornan en el mismo avión a Ecuador. Made with Flourish Pero en octubre último, 93 de 120 viajeros tuvieron que regresar, pues no justificaron que iban de turismo.
Con base en esos casos, la Policía sabe que las mafias cobran a los emigrantes entre USD 1 000 y USD 1 500 solo por la “bajada”. Este término se utiliza para referirse a supuestas coimas que se pagan en México para evadir el control migratorio.
Todo el recorrido cuesta hasta 15 000. El sábado, la gente decía que sí es verdad. Son de Loja, Cuenca, Azogues y de poblaciones de la Amazonía. A las 09:00, el avión despega. Los familiares que los acompañaron se retiran. (I)