

Jorge Vélez, fiscal provincial del Cañar, señaló que los estafadores se aprovechan del desempleo para a través de medios electrónicos ofrecer fuentes de trabajo en diferentes instituciones públicas o privadas.
Explicó que en Facebook o Instagram acceden al número telefónico personal de las víctimas y los contactan por WhatsApp o Messenger; muchas personas esperanzadas en obtener un trabajo, envían la documentación, pero además realizan depósitos o giros por montos de entre $300 y $1.000 dólares, y es ahí donde les bloquean.
Bajo la misma modalidad les llaman aparentemente desde México o Estados Unidos, indicando que los familiares se encuentran presos; la información la obtienen de las publicaciones en las redes sociales, donde ven que sus parientes están en el exterior.
Es así que solicitan sumas altas de dinero y se hacen depositar montos que van desde los $ 1.000, $ 3.000 y hasta $ 10.000 dólares. De igual manera, existe el ofrecimiento del envío de maletas de ropa americana o cosméticos, sostuvo Vélez. (I)