Artesanas de la toquilla reciben apoyo en España

Alrededor de 2.000 artesanas del cantón Biblián se beneficiarían del proyecto “Empoderamiento socioproductivo de las artesanas de la paja toquilla”, que recibió el auspicio de la organización española Fons-Valencia, a través de la Mancomunidad del Pueblo Cañari.
El proyecto comprende cuatro actividades muy concretas: la primera, es referente a la conformación de una asociación de segundo grado que consiste en aglutinar a las pequeñas asociaciones para que trabajen por un beneficio común.
Hay un censo que ha identificado, sólo en Biblián, a alrededor de 2.000 artesanos de la paja toquilla, de las cuales el 95% son mujeres, precisó Danilo Barreto, técnico de la Mancomunidad.
La segunda actividad corresponde a la puesta en marcha de un centro de acopio, de un lugar polivalente, donde las artesanas puedan almacenar, procesar y comercializar los sombreros de paja toquilla; además, ese espacio servirá como punto de encuentro y deliberación con el fin de que las artesanas se empoderen en la gestión para abrir nichos de mercado, mejorar su producción y comercialización, señaló Barreto.
La tercera actividad es la creación de una marca propia y la cuarta, abrir talleres de formación en algunas áreas con el fin de fortalecer y mejorar la producción de sombreros de toquilla.
Contribución
Para arrancar el proyecto, Fons-Valencia entregó 27.000 euros, la proyección es de duplicar y hasta triplicar ese aporte semilla, según como las mujeres artesanas se vayan empoderando del tema y mejorando estos procesos, explicó Danilo Barreto.
Las autoridades de Valencia, España, han expresado el compromiso de seguir con el apoyo, por eso, todo depende de la ejecución de las cuatro actividades que comprende la primera etapa del proyecto.
Uno de los puntos más complejos es la apertura de nichos de mercado; se agotará todo esfuerzo, inclusive con procesos alternativos de comercialización vía online, para conseguir este propósito.
También se aprovechará la predisposición de adquisición que existe en España: “ellos apuestan mucho por diferentes modalidades de comercio que allá se conoce como el comercio justo; si la primera etapa va bien, hay el compromiso de crear estos canales de distribución de las artesanías de toquilla, en más de 100 tiendas en España”, dijo el técnico de la Mancomunidad Cañari.
Viaje
El pasado mes, Fanny Tapia y Blanca Espinoza, dos artesanas de Biblián, junto con Danilo Barreto, estuvieron 21 días en las ciudades de Valencia y Alicante, en España, donde cumplieron 41 actividades, entre talleres dirigidos a niños y estudiantes, conferencias y diálogos con autoridades de esas localidades.
Ahí se puso en evidencia el duro trabajo de las artesanas de la paja toquilla, que de manera no muy visible y anónima aportan al desarrollo productivo, con uno de los símbolos de identidad de nuestra nación, hoy Patrimonio Intangible, declarado por la Unesco, subrayó Barreto.
Fons-Valencia es una institución de España que organiza la campaña “Ser mujer en el sur”, que pretende sensibilizar sobre el rol de la mujer en países de América del Sur.(DCC)-(I)
Experiencias
Fanny Tapia Urgilés es una de las artesanas que viajó a España, comenta que teje sombreros de paja toquilla desde que tenía 8 años, hoy tiene 42 y por eso dice que es su trabajo de toda la vida.
Fanny afirma que una de sus experiencias que más impresionó en España es sobre su jornada diaria, que empieza a las tres de la mañana, cuando se levanta a tejer el sombrero para así conseguir recursos para mantener a sus tres hijas, de quienes dice: “soy madre y padre”.
Blanca Espinoza Lozano, de 56 años, también estuvo en España y vino impresionada del desarrollo que se evidencia en ese país. “La gente nos dio confianza, es muy acogedora”, manifestó esta artesana, quien comentó además que su oficio de tejer viene como una tradición en la familia.
“Lo que más impacto en España es que nosotras somos explotadas, que nos pagan 6 dólares o menos por un sombrero que se hace al día. Les contamos que para poder sobrevivir, en mi caso, soy ganadera, apicultora y artesana, entonces eso les impacto”, relató Blanca Espinoza, quien sueña con lograr junto a otras artesanas, realizar todo el proceso previo a la exportación del sombrero, para obtener “un precio justo y una vida digna. (I)