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Suscal y sus atractivos turísticos

suscalSuscal es uno de los cantones más jóvenes de la provincia del Cañar (19 años de creación), dueño de valles y montañas, privilegiado por sus dos pisos climáticos: templado frío y tropical cálido. Su área urbana se asienta junto a la vía Panamericana, por donde pasan los viajeros que van al sur y a las ciudades de la costa.

A lo largo de la vía principal, se levantan edificaciones modernas, aunque también se preservan algunas casas de arquitectura popular, que dan a Suscal ese perfil antiguo que inmortaliza el pasado, y al mismo tiempo, son la referencia del punto de partida de los tiempos de bonanza, que desde la década de los 80´s ha traído la migración al extranjero.

Según el censo de población y vivienda del año 2010, Suscal tiene 5.016 habitantes. La mayor parte de su población es rural y se identifica como indígena. Aunque no tiene parroquias rurales, cuenta con 18 comunidades.

Atractivos urbanos

Cuando se ingresa a Suscal desde el sur, a lado derecho de la vía Panamericana, está ubicado un local que ofrece uno de los alimentos que forma parte de la gastronomía típica del cantón, se trata del Chivil, una especie de tamal preparado a base de maíz y envuelto en hojas de bromelia o huicundo.

Doña Leonor es la propietaria y en honor a su nombre y a la herencia gastronómica que le dejaron sus abuelos, la cafetería fue bautizada con el nombre de “Los Chiviles de Leo”.

Según Doña Leonor, la preparación del Chivil es muy sencilla: primero se muele el maíz pelado, luego se tamiza o cierne, a esa harina se le agrega agua tibia con sal, un poco de azúcar, leche y manteca de cerdo; se amasa y luego se forman “las guaguas”, con queso en el centro, se envuelven con hojas de huicundo y se cocinan al vapor por 30 minutos.

La demanda de este alimento es alta en el local de Doña Leonor, los pedidos son por cientos para llevar a otras ciudades del país y también al extranjero. “Antes, cuando era en sucres, se daba 10 chiviles por un sucre, luego vino la dolarización y se vendía 5 por un dólar; ahora cada uno cuesta 50 centavos”, comenta Doña Leonor.

A pocos pasos de la cafetería está el parque central de Suscal, donde se levanta la iglesia en honor a San Jacinto, cuya fiesta se celebra cada 16 de agosto. En un local aledaño al parque, todos los días miércoles, Zoila Galarza prepara la sabrosa fritada con maíz tostado.

En una paila grande hierve el sancocho y en otra, con una gran cuchara de palo, revuelve la fritada, cuyo sabor se esparce en el ambiente e invita a probar otras de las delicias gastronómicas que ofrece Suscal.

La gente amable y los atractivos urbanos son la puerta de ingreso a Suscal, tierra donde hay mucho por conocer y explorar, cantón lleno de encanto y tradición, donde sus montañas, como el cerro Huayrapalte invitan a mirar la ciudad en todo su esplendor. Y cascadas como la de Pailahuayco, permiten escuchar los sonidos de la naturaleza. En Suscal, generalmente de diciembre a abril, la neblina es muy abundante, condición a la que muchos historiadores atribuyen el origen de su nombre; aunque para otros, Suscal es un “campo de plata”, porque ahí se explotaba este tipo de minas. (I)

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