La TroncalTitulares

Controlarán espacios de diversión

Un ejemplo de ello es que, a tan solo ocho metros de distancia del edificio de la Municipalidad, se encuentra un bar; de igual forma, a menos de una cuadra del Centro de Salud San Gerardo, está en funcionamiento una licorera.

Para Juan Xavier Sánchez, intendente de la provincia del Cañar, la falta de una normativa que establezca las zonas rosas o de tolerancia dentro de los cantones hacen que estos establecimientos de diversión se ubiquen cerca de conglomerados poblacionales e, incluso, que cuenten con permisos de funcionamiento emitidos por la misma Municipalidad.

Agregó que “en años anteriores se tuvo una situación muy particular en este cantón, ya que en la parte baja de una Unidad Penal funcionaba un local de diversión nocturna. Cuando nos enteramos, la cerramos de forma definitiva”.

El intendente enfatizó que “La Troncal es una de las zonas más álgidas de la provincia”.

Con esta versión coincide Elvis Pañora, Comisario Nacional de Policía de Cañar, quien señaló que en el centro cantonal se localizan cerca de 60 locales de este tipo, especialmente en la zona del Zafarero y en la calle Alfonso Andrade. Agregó que en los recintos suman siete locales más.

El comisario explicó que cada semana realizan operativos de control en conjunto con la Dinapen para vigilar si hay menores de edad dentro de los establecimientos, así como impedir el expendio de licor artesanal y verificar si los locales cuentan con permisos de funcionamiento.

Para una de las propietarias de estos locales, ubicados en la zona Zafarero, quien no quiso decir su nombre, detalló que cuenta con el permiso de funcionamiento emitido por el Municipio y que atiende los días jueves, viernes y sábados. “No he sido clausurada porque cumplo con la ley. Este trabajo permite pagar los estudios de mis hijos”, reconoció.

El dueño de una licorera que está junto a un centro educativo y que tampoco quiso revelar su nombre manifestó que su negocio tiene más de cinco años y que está abierto a la posibilidad de una reubicación “siempre y cuando me garanticen que tendré buenas ventas”, aclaró.

Zoila Chimborazo, madre de familia y que vive en el centro cantonal, indicó que cada jueves decenas de personas se ubican en los bares y discotecas localizados en la calle Alfonso Andrade, “situación que pone en riesgo la seguridad de nuestros hijos, ya que a veces observamos peleas de borrachos”.

De su parte, Sara Remache, madre de un niño de escuela, señaló que junto al establecimiento de su hijo se encuentra una licorera y dos tiendas que en ocasiones también venden alcohol.

«Esta situación es muy común en el centro urbano, pero, como padres de familia de este centro educativo, nos hemos organizado en equipos de 20 personas para precautelar la seguridad de nuestros hijos. Nuestra labor es ubicarnos en la hora de ingreso y salida para advertir a las autoridades de personas sospechosas y verificar que los niños y jóvenes asistan a clases», detalló.

Juan Yépez, funcionario del departamento de Planificación de la Municipalidad, indicó que se están elaborando los términos de referencia para contratar un estudio para el Plan Urbano, documento en el que se detallará la zona comercial así como las zonas rosas y de tolerancia,

Según Jaime Padrón, vicealcalde del cantón, la falta de normativa ha hecho que no se pueda regular o sancionar la ubicación de estos locales. Por ejemplo, a 500 metros del centro cantonal hay un burdel, “local que podrá seguir funcionando hasta que definamos una zona para que sea trasladado”, anticipó.

“Como Municipio no contamos con una ordenanza de este tipo, por esta razón se ha destinado 250.000 dólares para la contratación de los estudios”, precisó. (I)

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