
El cuy es el plato típico que se prepara en las siembras en la serranía del Cañar, para que el taita Pachakamak bendiga el desarrollo del fruto, en estos eventos la pampamesa es una actividad tradicional donde se comparte los alimentos con todos los asistentes.
En el cantón Cañar se realizó la ceremonia de la Siembra de la Chacra Andina, impulsada por la Secretaria de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt), el Instituto Técnico Superior Quilloac, el Gobierno Provincial del Cañar y la comunidad, con el objetivo de mantener las tradiciones de la localidad e incentivar en los jóvenes el rescate de la siembra de alimentos nutritivos que se ha estado perdiendo.
Pedro Solano, presidente de la comunidad Quilloac, sostuvo que se efectuó “la ceremonia con el fin de recuperar la sabiduría ancestral de los pueblos”. Indicó que el Instituto es esencial en este objetivo, porque ayuda “a difundir el mensaje de que la siembra es un espacio de cooperación, ya que mediante la minga compartimos actividades y los alimentos que nos da la Pachamama”.
También señaló que se busca plasmar un pensamiento pedagógico en el sentido de que los estudiantes salgan de las aulas a un espacio ecológico, para que el aprendizaje se desarrolle con los elementos de la naturaleza.
Para el prefecto del Cañar, Santiago Correa, el pueblo Cañari se caracterizaba por tener una alimentación saludable, gracias al trabajo armónico con la naturaleza, pero ante la injerencia de la globalización, con influencia de culturas extranjeras, se ha puesto en riesgo nuestras tradiciones, pero sobre todo la forma de alimentarnos, “de allí que es necesario impulsar estos proyectos para recuperar nuestra soberanía alimentaria.”
Daniel Fajardo, rector del Instituto Quilloac, indicó que con mucho entusiasmo han preparado este proceso que inició con la siembra de los tubérculos. “Ahora sembramos, pero estamos seguros que vamos a cosechar y no solo los productos que nos proporciona la tierra, sino, sobre todo, vamos a cosechar más unión, más fraternidad y más esperanza”.
Joaquín Martínez, delegado de la Senescyt, felicitó al Instituto Quilloac que ha logrado combinar los conocimientos de la academia, los procesos educativos con la chacra andina. “No solamente es un momento de siembra, sino es un momento de compartir con la comunidad”, recalcó.
Los estudiantes y autoridades participaron del ritual que inició con la ubicación del centro energético, que consta de una planta y una piedra colocadas junto a ofrendas a la tierra entre estos: chicha, flores y granos, esto para pedir permiso a la tierra.
“Nuestros ancestros las colocaban en todas las parcelas andinas para obtener una buena cosecha”, destacó el taita Pedro Solano, mientras enseñaba esta actividad a los niños de la comunidad.
Luego se realizó la limpia a las personas que dirigirán las yuntas, durante el proceso de siembra. En el primer día se cultivaron las semillas de maíz, poroto, papas, habas, ocas y mellocos, en conjunto con la comunidad y estudiantes.
Entre tanto, las mujeres prepararon los alimentos. Al mediodía se sirvió la pampamesa con el tradicional cuy con papas, maíz de la cosecha anterior, la chicha y el jugo de frutillas cosechadas en estas productivas tierras. (I)