
La inauguración del Terminal Terrestre del cantón Cañar se concretaría el próximo mes, una vez que la Agencia Nacional de Tránsito emita la licencia correspondiente y, además, que se constituya el directorio y el equipo de trabajo que se encargará de hacer operativos los proceso en la empresa que manejará este nuevo equipamiento municipal.
En estos días se espera que el contratista Lizandro Verdugo entregue la obra a la Municipalidad; mientras tanto, el Concejo Cantonal ya aprobó la ordenanza de creación de la empresa que regirá el funcionamiento de esta infraestructura.
El modelo de gestión está establecido a través de una consultoría que llevó a cabo el profesional Jorge Cárdenas, para ello es necesario partir con la conformación de la empresa y, en base a la ordenanza que fue aprobada, se conformará el directorio que estará integrado por cuatro personas: el alcalde o alcaldesa, un delegado de los concejales, el director de Movilidad de la Municipalidad y un representante de los transportistas.
Este cuerpo directivo se encargará de aprobar el modelo de gestión para hacer al proyecto autosustentable. Según el alcalde Belisario Chimborazo, el estudio señala que el terminal terrestre será autosustentable, pues permitirá generar recursos económicos para sostenerse con sus propios ingresos.
En estos días se define la contratación de una persona para que se haga responsable de la gerencia y, con ello, también se define la compra del equipamiento a través del portal de compras públicas.
La característica de este terminal es regional, indica el alcalde Chimborazo, al precisar que por Cañar atraviesan varias de las empresas interprovinciales que van hacia las ciudades de la Costa y del centro y norte de la Sierra.
El uso de este equipamiento será obligatorio, dice el alcalde, de esta manera se evitaría el peligro que ocasionan, no sólo los buses interprovinciales, sino los intercantonales e interparroquiales, que han convertido en paradas a varios sectores urbanos de la ciudad.
Esta obra fue contratada en junio de 2012 con un plazo inicial de ocho meses, pero fue abandonada por el contratista el 20 de diciembre de 2013, desde esa fecha estuvo paralizada y a la espera de que se superen los desacuerdos entre la empresa constructora y la fiscalización.
En agosto del 2014, el municipio notificó al contratista de la pretensión de terminar el contrato y, tres meses después, se efectivizó su terminación unilateral. La obra fue retomada en febrero de este año.
El municipio cobró las garantías depositas previamente por el contratista y en este momento se está llevando un proceso legal para que la empresa constructora asuma responsabilidades por incumplimiento del contrato.
Cuando la obra fue abandonada por el contratista, la inversión fue de alrededor de 2. 018.000 dólares, y en la etapa que quedó inconclusa, se invirtió un monto que bordea los 500.000 dólares, y, más el equipamiento, se estima que con 2.600.000 dólares estaría concluida la obra, subrayó Belisario Chimborazo.
Para la ejecución de la terminal, el Banco del Estado aporta con el crédito de 1.700.000 dólares, y el saldo asume el municipio local.
El asambleísta Bayron Pacheco Ordóñez solicitó la intervención de la Contraloría para un examen especial a la obra Terminal Terrestre de la Ciudad de Cañar, la misma que fue contratada en el 2012 por el municipio de éste cantón, con la empresa Hugo & Calderón, por un monto de 2.019.179 dólares más IVA.
El contratista firmó inicialmente por un valor 1.495.265 dólares y plazo de entrega de 240 días; posterior a ello se realizó un contrato complementario en diciembre de 2012 por 523.914 dólares, lo que implicó un incremento del 33% del valor inicial, anotó Pacheco.
También hay un grupo de ciudadanos que se ha reunido y cuestionado públicamente el incremento en el valor de la obra, diciendo incluso que ésta habría costado entre 3 y 4 millones de dólares, a lo que el alcalde dice tener documentación para rebatir tales cuestionamientos.
El alcalde Chimborazo justificó, en su momento, el encarecimiento de la obra por cuestiones de topografía que dieron lugar al incremento de la cantidad de material de desalojo debido al aumento del nivel de excavaciones en el lugar donde se emplaza la obra. (I)