
Para el ex presidente de la Casa de la Cultura Núcleo del Cañar, Eduardo Crespo, es necesaria la concurrencia de todas las entidades públicas para trabajar sobre las culturas ancestrales, considerando que el Ecuador mantiene una deuda histórica frente a las culturas madres.
“Se ha señalado, por ejemplo, recursos para la reconstrucción de los centros históricos españoles, que está bien, porque es esa otra vertiente de nuestra identidad, pero hay una desmemoria que ha pospuesto a las culturas andinas”, expresa.
La declaratoria de la UNESCO como patrimonio de la humanidad al Qhapac Ñan es un argumento para trabajar por las culturas madres, por sus expresiones que van desde los vestigios arqueológicos, desventajosamente olvidados, como son los casos de Zhin y Cojitambo en Azogues, hasta fortalecer las expresiones de la cultura intangible, que nos vienen desde el mundo anterior al incario, sugiere Crespo.
“No hay que dejar que pase lo que está sucediendo con la declaratoria de la paja toquilla, como Patrimonio Intangible, pero que en nada a beneficiado a la provincia del Cañar. Se debe propender a fortalecer las expresiones culturales de los pueblos que están asentados en las áreas de influencia del camino del Inca, y se debe trabajar de manera permanente en políticas públicas de carácter educativo y cultural en torno a nuestro mundo andino”, sostiene.
La declaratoria no debe ser vista en ese aspecto tan restrictivo como es el aspecto físico del camino; no se debe olvidar que en el camino de los Incas, que además permitió la movilización de los ejércitos para las conquistas, concurren caminos laterales que hacían una enorme nervadura del mundo conocido y conquistado del imperio Inca.
Por ejemplo, en Azogues, Zhín, en la parroquia Taday, tenía conexión con el camino principal, o si no cómo explicar que en ésta zona se encuentren construcciones del incario sustentadas sobre el mundo cañarí, comenta Crespo, al precisar que el aspecto religioso y cultural de los cañaris sobrevivió a la conquista incásica, porque sus expresiones culturales o sus signos de identidad fueron lo suficientemente fuertes o porque el incario admitió la convivencia de estas culturas.