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Museo en Guantug muestra la vida de las comunidades indígenas

museo1El Museo Etnográfico de Guantug “Bolívar Quezada Ortiz”, en la ciudad de Cañar, por su información cultural, es digno de visitarlo. Se ubica en el Paseo de los Cañaris, parque Guantug. Atiende de 08h00 a 17h30, información al 2427108. Este Museo muestra las piezas arqueológicas (cerámica, concha, oro y hueso), el arte, la música, costumbres, formas de producción y comercialización, así como la labor artesanal de las culturas aborígenes Narrío, Cañari (faces Tacalshapa y Cashaloma), Inca y Colonial de los periodos Formativo Tardío, Desarrollo Regional e Integración. Podrá conocer también la vida de las comunidades indígenas de Huayrapungo, Quilloac, Sisid, Socarte, Pacay y las parroquias de población mestiza de San Antonio y Cañar. A continuación una breve reseña de lo que contiene sus salas, según explicación del asistente del Museo Etnográfico, Wilson Verdugo.

El Bocinero

Músico pregonero cañari que se adelantaba a las celebraciones de minga y cosecha. Se ubicaba en lugares sobresalientes y de prominencia, con una fortaleza inexplicable de sus pulmones y garganta, soplando un instrumento confeccionado por él mismo con caña guadua y embocadura de cuernos de res con el que ponía las notas musicales folklóricas ceremoniales en las conmemoraciones.

El Quipero

Un mozo indígena que junto con otros de su misma raza y vestidos a su manera, se apostaban en las puertas de los templos para anunciar las fiestas religiosas, especialmente el Corpus Christy.

Comunidad de Sisid

Esta comunidad trata de dar realce a su ocupación en confeccionar vestidos y más aún donde la hilandera parece que ocupaba el tiempo disimulando sus preocupaciones, escarmenando su copo de lana, hilando para dar figura a la hebra en su rueca del huso y entregar este minucioso trabajo al señor de la urdiembre, quien en un lugar sencillo, solitariamente armaba su rudo telar para dar forma y belleza a las prendas de vestir. La urdiembre era un telar de cintura. Su armazón tenía de dos o tres estructuras manuales donde el tejedor cruza el hilo con los colores y estrecha la tela de forma magistral, solo con la presión de sus brazos.

museo2Comunidad de Pacay

Tienen costumbres propias y evitan mezclarse con gentes de otras comunidades, por eso mantienen sus rasgos físicos y faciales como únicos desde hace mucho tiempo atrás. Se cree que llegaron a asentarse remotamente desde un tronco genealógico asiático, por algún motivo que no se ha podido precisar; lo importante es destacar la práctica de la endogamia.

Los Yungas

Tienen indicios culturales y costumbristas de las parroquias de Gualleturo y San Antonio de Paguancay. Estas dos parroquias abarcan una gran cantidad de recintos, con mayores estereotipos que nos permiten identificarles como los Yungas. Su clima subtropical ha hecho que esta gente conocida también como “Calientes”, se aprovechen de los bosques primarios para construir sus viviendas, además por el clima se han visto obligados a la explotación de la caña de azúcar y sembrío de huertos con productos propios del lugar. Su principal fuente de subsistencia es el comercio de la caña de azúcar, de la cual procesaban para sacar aguardiente, panela, miel y melcochas. En sus huertos se cultiva todavía el guineo en sus clases: el norte, los oritos, el jíbaro, el guineo de seda; así como la yuca, maíz, fréjol, calabaza, naranja, papa china, camote y café.

Comunidad de Quilloac

Estas comunidades por obligación y tradición son esencialmente agrícolas. Su característica representativa es la cosecha de trigo o llamada “siega” (conocida como corte), expresión festiva amalgamada por la música folklórica, bebida y comida indígena que se da en el ajetreo de la minga que se dulcificaba con el habla sentimental amorosa del quechua, donde aparece también la figura del dueño de la hacienda, el mayordomo, un mestizo, chagra adusto receloso, cuidador puntual de las manos que trabajaban la siega: las chaladoras y los segadores. La zagaleja era una mujer indígena que para la cosecha se vestía con sus mejores prendas y abrazaba la gavilla de trigo recogiéndole en el trigal y colocando a lado de la sementera, a su lado aparecía la chaladora.

museo3Los Tuntuchil

Los Tuntuchil o danzantes cañaris conformaban el marco de distinción, ritmo y grandeza de las fiestas cañaris y sus desplazamientos reales. Este conjunto de danza ceremonial estaba conformado por un músico de ritmos armoniosos muy llamativos (flautero, bombero). El indígena levantado, un músico por vocación, llevaba cargado un bombo confeccionado con materiales del lugar y por sus propias manos, seguramente el pingullo (quena), largo, curvo, sonoro y afinado con música de tonos finos y variaciones musicales que no se han escuchado en ningún otro pueblo del Ecuador. Los danzantes vestían de una manera especial, que hacían derroche de ritmo, de reverencia a los Dioses y a los altos régulos de los cañaris.

Las Campiñas

Hablar de la chagra cañareja es recordar los días domingos, especialmente de fiesta. Esta mujer campirana, bonita, esbelta, debía levantarse muy por la mañana para seleccionar, ordenar, coser y planchar sus vestidos y también arreglarse según la costumbre. Llevaba en un canasto de preferencia una porción de papas bolona y la chala para obsequiar a sus compadres. Los lugares de procedencia son: Chorocopte, Nar, Tambo Viejo, Coyoctor, Ingapirca, Yanachupilla, entre otros.

Comunidad de Huayrapungo

De esta comunidad se resalta su conjunto de música ancestral, de soplo y percusión, sustituidas por instrumentos musicales de otros países. El conjunto musical estaba conformado por tres músicos, dos flautistas y un tamborero, vestidos a la usanza de las costumbres culturales de Huayrapungo. La indumentaria consistía en un zamarro de borrego, becerro o venado, de preferencia se inclinaban por el zamarro de color negro, oshotas confeccionadas simplemente con suela y veta, un poncho rojo, debajo del poncho una camisa bordada, trenzaban por encima del hombro hacia la espalda un chicote enlatado de dorado, llevaban además un pañuelo rojo amarrado en la cabeza, de preferencia floreado, que lo cubrían por encima con un sombrero de lana. Estos indígenas que hasta ahora se han aislado de otras comunidades, parece que fueron mitimaes del altiplano de Bolivia, en tiempos de los incas, cuyo origen según los investigadores, tiene procedencia aimara.

Estudiantes de Comunicación de la Universidad del Azuay (UDA) Fuente: Cañar Municipio Intercultural

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