
“Este año se fueron dos niñas y un niño, de 8 y 9 años, les llevaron sus padres que están en los Estados Unidos, ellos ya tienen sus contactos; pero, Bendito sea Dios, ya están allá”, expresó Rosario Coronel, directora de la escuela Colombia, de la parroquia Nazón, del cantón Biblián, al referirse a la migración ilegal de los niños.
“Las personas que están a cargo de los niños vienen y nos dicen: Señorita, sabe que ya se va porque la mama le lleva. Nosotros no podemos hacer nada, porque ellos tienen derecho a estar con sus padres”, dijo la docente, que ya está acostumbrada a escuchar esas historias porque en los sectores rurales de la provincia del Cañar se convive con los hechos que son consecuencia de la migración.
Aunque la maestra no maneja estadísticas, señaló que en la escuela donde labora se educa un gran porcentaje de hijos de migrantes. Para conocer la realidad de ese plantel respecto a la migración de los padres, un grupo de estudiantes de la Universidad de Cuenca efectúa un estudio, informó.
Si bien hay estadísticas oficiales sobre el retorno de migrantes, el secretario ejecutivo del Consejo Cantonal de la Niñez y Adolescencia y exdelgado de la UNICEF en la provincia del Cañar, Orlando Guillén, sostiene que la migración continúa y va en aumento.
Los datos estadísticos sobre este tema no están apegados a la realidad porque algunos hogares ocultan la migración de sus familiares, indica; no obstante, según datos publicados por el Observatorio de la Niñez y Adolescencia (ODNA), en el 2008, sólo en el cantón Cañar, más del 60 % de los emigrantes ha dejado hijas e hijos en sus lugares de origen, de los cuales, 6 de cada 10 tienen menos de 18 años y 7 de cada 10 niños dejados atrás por la migración se quedaron cuando tenían de 0 a 5 años.
La emigración cañarense es predominantemente rural, el 85 % de hogares tiene miembros que emigraron. La emigración internacional ha tocado las vidas, principalmente, de niños y niñas de hogares indígenas de la zona rural, señala el informe del ODNA.
Orlando Guillen, indica que no conoce de estudios actualizados, pero según se evidencia, esas cifras se habrían incrementado. En el 2010, en el cantón Biblián, un estudió concluyó que el 50 % de los estudiantes de escuelas y colegios de esa jurisdicción tenían a uno de sus padres o a ambos fuera del país. El porcentaje más alto se registró en el Colegio Camilo Gallegos, donde la migración de los padres era del 74 %.
Los concejos cantonales de la Niñez y Adolescencia trabajan en procesos de sensibilización dirigidos a los padres de familia, estudiantes y docentes; también busca, a través de los municipios, generar oportunidades para que las familias puedan vivir dignamente.