
El Departamento de Investigación de Violencia Intrafamiliar (DEVIF), en Azogues, en el 2015 receptó unas 450 denuncias por violencia intrafamiliar; en lo que va del año 2016, en enero se han registrado 46 denuncias y en febrero 32, cifras que se mantienen en el comportamiento estadístico en relación al año anterior respecto a estos meses.
El cabo de Policía Wilson Guamán, experto en investigación del DEVIF, informa que en los dos primeros meses se han receptado 79 denuncias que han sido calificadas como contravenciones, debido a que las lesiones originadas no sobrepasan de tres días en su imposibilidad de realizar sus actividades.
De estas, en febrero 24 corresponden a agresiones físicas y 7 psicológicas; en estos casos se ha actuado en la investigación, en todas el juez competente ha ordenado medidas de protección.
Del 100% de las causas, el 60% son abandonadas por las denunciantes y lo que corresponde es declarar la inocencia del implicado y archivar la causa; un 40% llega a un término de sentencia, con penas que van de 5 días de prisión, orden de realizarse un tratamiento para las adicciones en el Centro Terapéutico Municipal (COTEMUAZ), y pagos económicos.
El 80% de estas denuncias corresponde a mujeres de la zona urbana y el 20% de la zona rural, un gran número de mujeres maltratadas se encuentran en el círculo de violencia; es decir, presentan una denuncia, luego la abandonan y cuando son maltratadas nuevamente, vuelven a presentar otra denuncia.
Las mujeres maltratadas en su mayoría regresan con su agresor debido a que dependen en forma económica, situación que coloca a las víctimas en una especie de círculo vicioso del que muy pocas mujeres deciden salir.
En este círculo de violencia los que más sufren son los hijos, indica Guamán, que anota que los niños de un hogar donde se vive en violencia no rinden académicamente, pasan nerviosos en clases, pero van aprendiendo estos patrones de comportamiento, que los coloca en una situación de futuros agresores.
El DEVIF en una estrategia para combatir la violencia dicta en forma permanente charlas en escuelas, colegios, lugares donde se registran casos más frecuentes de violencia con la comunidad, utilizando a la educación como una de las mejores armas, para combatir la violencia intrafamiliar.
En nuestro medio esta situación se vive además por factores como el alcoholismo, la falta de empleo que genera problemas económicos y una cultura machista, que ha formado hombres agresores. De todas las denuncias presentadas, todas corresponden a mujeres maltratadas, es decir vivimos en una sociedad donde el protagonista del maltrato a la familia es el hombre.
Pero se piensa que en nuestro medio no se vive el intento de asesinar a la mujer, recordemos el caso que sucedió en el 2015 en el sector de Rumihurco, donde un hombre de 33 años, por supuestos celos, degolló a su mujer, luego de pensar que la mató, se disparo; sin embargo hoy la víctima vive para contarlo, por lo que investigadores de estos hechos previenen a las mujeres que viven en este círculo vicioso, a denunciar, con el objetivo de que el agresor entienda que hay leyes que defienden a la mujer y protegen sus derechos, pero para que se haga efectivo depende de la mujer que sufre violencia intrafamiliar. (I)