
Un conversatorio para la reflexión respecto de las responsabilidades institucionales y ciudadanas en el cuidado y promoción del Complejo Arqueológico de Cojitambo, se desarrolló ayer, en la sala de sesiones del Municipio de Azogues, con la participación de delegados de instituciones culturales, de turismo y de actores sociales.
Esta iniciativa nace de la Comisión de Patrimonio del Municipio de Azogues, que vio la necesidad de establecer propuestas para proteger el valor natural y arqueológico del cerro Cojitambo, ante las inminentes amenazas, como el fuego, que la semana pasada, consumió más de 10 hectáreas de su vegetación nativa.
Entre las resoluciones que se adoptaron constan: Elaborar un plan de manejo para la gestión del complejo y de los sitios colindantes, esto es, el cerro, el camino del Inca y las zonas de influencia. Esta tarea la ejecutará la Municipalidad, conjuntamente con el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural.
También se resolvió que como medida urgente, el Municipio establezca políticas de manejo del uso de suelo para restringir la explotación de las minas del lugar, y que se busque la dotación de un guardia para precautelar ese espacio.
El Ministerio de Turismo se comprometió a capacitar a algunas personas jóvenes de la parroquia, con el fin de que intervengan como guías turísticos.
Una próxima reunión con los mismos actores está prevista para el 17 de febrero.
En la reunión se señaló que dicho sitio arqueológico es un lugar absolutamente abandonado en cuanto a su mantenimiento y agredido por los escaladores y por otras actividades que se llevan a cabo, sin el respectivo control, debido a la falta de seguridad y de respeto a su carácter patrimonial.
Juan Solís, ex concejal de Azogues y nativo de la parroquia, indicó que el complejo tiene muchas falencias, entre ellas la no delimitación en algunas partes de sus componentes; también es importante hablar de la legalidad de los predios que circundan el área y que estaban en proceso de expropiación, dijo.
Otro elemento en la línea del diagnóstico, es la carencia de un estudio que determine con claridad cuáles son los niveles de intervención que se tienen que hacer en Cojitambo, por todos sus flancos.
Las instituciones deben declarar en función de sus competencias, cuáles van a ser sus aportes y compromisos, de acuerdo con la ley, pues este momento la competencia patrimonial es exclusiva de los municipios, pero tienen también que involucrarse el Ministerio de Turismo y el Instituto de Patrimonio, en el orden la investigación, subrayó.
Recordó que el Ministerio de Turismo tiene una deuda con Cojitambo, pues hace tres años, se hizo mención de que había un fondo de aproximadamente 300.000 dólares para infraestructura.
Para Juan Solís, la intervención en este sitio debe venir sobre un plan integral orgánico, que potencie la parte netamente del diagnóstico, la cual sería una competencia de la Municipalidad de Azogues y del Gobierno Parroquial, esto, con el fin de determinar debilidades, fortalezas, amenazas y oportunidades, para luego pasar a la etapa de la propuesta.
Eduardo Crespo, ex presidente de la Casa de la Cultura del Cañar recordó que fue un largo proceso de 10 a 12 años, que llevó a la Casa de la Cultura a restaurar y poner en valor al sitio arqueológico de Cojitambo.
Las limitaciones económicas fueron inmensas para emprender ese trabajo, pero, penosamente, una vez que se alcanzó esos objetivos, existe un verdadero abandono, especialmente de las instituciones que tienen responsabilidad patrimonial y turística en el país, muy puntualmente del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, subraya.
“Tanto así, que cuando se ejecutó el proyecto de emergencia patrimonial y se realizó el inventario de los sitios arqueológicos de la región, el Instituto únicamente publicó los sitios que están en la provincia del Azuay y no les dio mayor atención a los que están en la provincia del Cañar”, expresó.
En el aspecto turístico, “mi visión es más pesimista”, dice Crespo, al indicar que el Ministerio de Turismo en general se ha limitado a proponer la impresión de afiches promocionales, eso con motivo de la celebración de las Fiestas del Maíz, en el mes de junio. “
Crespo exige que se diga cuál es la política cierta, sistematizada, debidamente presupuestada y financiada para la actividad turística en la provincia, respecto de su patrimonio. (I)