
Según el concejal de Azogues, Javier Serrano, la propuesta de incremento de la tasa por recolección de residuos sólidos, barrido y disposición final, no atiende la realidad económica actual de crisis, ni considera que “nos encontramos a puertas la revisión del precio de los pasajes de transporte urbano, de los catastros urbano y rural; a lo que hay que agregar un estimado de pagos por contribución especial de mejoras, que son las obligaciones que deben sufragar la ciudadanía”, señala.
Según Serrano, el estudio parte de la premisa falsa de que los que más tienen, subsidian a los que menos tienen. Cuando en realidad el estimado de recaudación se financia en un 80 % (1.709.728 dólares) a través de la planilla de luz.
Al mismo tiempo se ha sostenido que no hay incremento y en verdad se propone un aumento del 0,5 % de la remuneración básica unificada (RBU), igual a 1,77 dólares mensuales, a lo que debe sumarme la tasa vigente del 12 % al consumo total de luz, y esto para quienes se encuentran dentro de la tarifa de la dignidad (unos 20.685 abonados), es decir que consumen menos de 110 kw/h (kilovatios hora).
El resto de los abonados (unos 10.539) pagarán una sobre tasa equivalente a 1,0 % de la RBU, igual a 3,54 dólares más el 12% del consumo mensual de luz.
El otro factor está constituido por industrias, comercios, sociedades, entidades y establecimientos educativos que aportarían con el 19,75 % de la recaudación total (420.670), bajo el concepto de remediación medioambiental. “Este componente debería ser revisado cuidadosamente, por cuanto podría más bien desalentar el emprendimiento productivo local”, precisa.
Planteles
A los planteles se les pretende cobrar a través de una fórmula que se calcula en conformidad al número de alumnos del plantel, la cantidad estimada de basura que producen en un día y el costo por tonelada de basura. De acuerdo a la tabla el Colegio Juan Bautista Vázquez debería pagar 443,67 mensuales, solo por éste concepto, indica el concejal.
No se ha considerado en el proyecto de Ordenanza, políticas de capacitación e incentivos para conseguir reducir, reusar y reciclar los residuos sólidos. El mejor nicho para ese trabajo está con los niños y jóvenes, a través de los establecimientos educativos, donde se deberían generar programas para tal efecto y no buscar desfinanciar el apretado presupuesto de los colegios, escuelas y universidades, señala Serrano.
Se trata, a su juicio, de una propuesta meramente recaudatoria que no dimensiona el real sentido de la preservación de la salud pública y el cuidado del planeta con la activa participación de todas las personas.
“Nuestra posición es que no este es el momento para sumar una carga más al ya dolido presupuesto de familia azogueña”, concluye Javier Serrano. (I)