
Con la competencia de la gestión patrimonial en manos de los municipios, el reto de Azogues es potenciar la planificación respecto al patrimonio edificado y cultural, mismo que en el año 2000 le dio a esta ciudad, el título de Patrimonio Cultural y Urbano del Ecuador.
El valor de Azogues viene de la suma de varios valores agregados que son culturales, arquitectónicos, urbanísticos y naturales.
Azogues muestra en sus casas y balcones, calles, plazas e iglesias, un legado histórico que ligado a sus tradiciones y costumbres y, a su entorno natural, merece ser preservado a través de una adecuada planificación respecto al patrimonio, pues es necesario aplicar una planificación estratégica y, además, participativa, señala Luis Sacoto, arquitecto que promovió la declaratoria.
Sostiene que lo básico era generar el ciudadano consciente, “y en eso no se ha trabajado”, dice, puesto que en las escuelas todavía se estaría privilegiando la celebración del “Hallowen”, que coincide con el mismo día de aniversario de la declaratoria.
Sacoto recalca que el titulo de Azogues valoriza lo cultural y urbano, por todo lo concerniente a la actividad del ser humano, como las artes y los espacios socio culturales que llevan a trabajar con las personas.
Lo arquitectónico hace relación a sus bienes edificados y a recuperar y potenciar los mismos, en cuanto a lo urbanístico, hay que tener claro que no sólo se trata de la configuración urbana, sino también del entorno, mismo que hay que cuidar, evitando que la urbanización siga avanzando a las colinas, precisa Sacoto.
A criterio de Luis Chacha, un maestro que intervino en el homenaje por el aniversario 15 de la declaratoria patrimonial, que se llevó a cabo ayer en el parque central, hace falta proyectos de conservación y restauración de los bienes patrimoniales de la urbe, tales como edificaciones, parques, piletas, iglesias y otros espacios públicos.
Mientras, Luis Sacoto lamenta que se esté utilizando a la declaratoria como un fin y no como un medio, pues sólo se lo habría tomado como un título y no como un medio para crear conciencia y fortalecer el valor de la ciudad.
Dice que la celebración del aniversario 15 de la declaratoria, debió ser rememorado con eventos académicos, tomando como referencia, para citar un ejemplo, lo que se hace en el cantón Cañar, donde, la celebración de la declaratoria de Capital Arqueológica y Cultural del Ecuador, se celebra por tres días y con eventos de orden cultural y académico.
“Para nuestro criterio, el patrimonio es una especie de segunda independencia de la ciudad, era una oportunidad para el despegue en todos los ámbitos. Lamentablemente muy poco se está haciendo en cuanto a proyectos; en cuanto a planificar una ciudad patrimonial”, añade.
Ser patrimonio cultural y urbano implica tener un plan de manejo patrimonial, prosigue.
Independientemente del Plan de Desarrollo Urbano que tiene la ciudad, debe haber un plan específico que trabaje en lo patrimonial; hay que potenciar la planificación respecto al patrimonio”, añade. (I)