
A los pies y bajo el manto de la Virgen de la Nube, miles de feligreses se congregaron ayer en Azogues para elevar sus plegarias y participar de la celebración litúrgica y procesión en honor a esta advocación mariana que, año a año, se constituye en una de las multitudinarias expresiones de fe y religiosidad que se despliega al sur del país cada 1 de enero.
A las 10:00 inició la misa campal en los patios de la Unidad Educativa San Diego de Alcalá, hasta donde, minutos antes, fue trasladada la imagen de la Virgen desde su altar en el Santuario Franciscano, la misma fue ubicada de frente a la muchedumbre que permanecía con las manos juntas, en posición de oración, especialmente los adultos; los niños, algunos en brazos y otros sentados en el piso, aguardaron durante la ceremonia religiosa.
La gente también se ubicó en los muros y graderíos del santuario, desde donde siguió la eucarística que fue celebrada por el Arzobispo de Cuenca, monseñor, Luis Cabrera y concelebrada por el Obispo de la Diócesis de Azogues, Carlos Altamirano; también acompañaron el arzobispo de Quito, monseñor Fausto Gabriel Traves, y sacerdotes franciscanos y de la Diócesis de Azogues.
El mensaje de la liturgia no sólo llegó a los presentes, sino también a quienes siguieron desde sus hogares la señal de Radio Santa María, Radio María y Ondas Cañaris que trasmitieron los actos religiosos; también los emigrantes ecuatorianos residentes en otros países, a través de internet, pudieron seguir esta celebración.
Mensaje
Durante la prédica, monseñor Luis Cabrera participó a los feligreses el mensaje del Papa Francisco, de iniciar este año encomendándose a la mejor intercesora: la Virgen María, a quien rogó por la salud de los enfermos, no sólo del cuerpo, sino del alma.
Invitó a los presentes a pedir para que se alejen las enfermedades del alma, que son las que causan el dolor y la miseria de la humanidad que ha caído en la indiferencia de la globalización.
“No somos esclavos, somos hermanos”, dijo para referirse a la explotación del hombre por el hombre, a la transformación del ser humano en “mercancía”; habló también de la migración y de las amargas experiencias de los compatriotas que tienen que traspasar fronteras buscando mejorar sus condiciones de vida.
“Algo hay que hacer; invito a las autoridades a tomar conciencia de esta realidad” expresó monseñor Cabrera, quien también habló de la familia y criticó a aquellas que siendo católicas, humillan y maltratan a las mujeres.
Historia
“La Virgen no tiene lugar ni espacio, es la misma en todo el mundo. En 1696 se apareció en el cielo de Quito la imagen de la Virgen María, aquello fue un prodigio”, dijo monseñor Fausto Traves, quien además habló de la Sagrada Familia y de lo que ella representa en el mundo como modelo y ejemplo de unidad, como semillero de buenos ciudadanos, de buenos cristianos y de vocaciones religiosas.
Como parte de la comunidad Franciscana, monseñor Traves dice que ha venido a estas celebraciones en más de una ocasión y que ha visto que cada año crece la devoción a la Virgen de la Nube, “Hoy casi no he podido bajar de la iglesia por el graderío porque todo está lleno y no hay cómo dar un paso”, señaló.
Recorrido
Cerca del medio día inició la procesión, primero salieron las delegaciones de los coros de la Virgen de la Nube con sus estandartes y acompañados de una multitud que crecía conforme más se acercaba a la imagen de la Virgen que, sobre los hombros de sus “caballeros” y rodeada de una cerca humana, bajó por la avenida de la Virgen y recorrió varias calles de la ciudad, donde la recibieron con flores, globos y cánticos.
Testimonios
Luis Marín, quien pertenece a la Asociación Caballeros de la Virgen dijo que cada 1 de enero para él es una fecha muy especial porque es una grata coincidencia celebrar su cumpleaños el día en que el pueblo le rinde tributo a la Virgen de la Nube.
Sus plegarias son por los ausentes, por sus cinco hijos que viven en el extranjero, a quienes desde la distancia les envía saludos y su bendición.
Waltino Neira, un azogueño que reside 25 años en la ciudad de New York, exteriorizó su alegría por participar en esta manifestación de fe que cada segundo domingo de diciembre lo replican los emigrantes ecuatorianos que residen en la ciudad conocida como la capital económica del mundo.
Comercio
Las calles aledañas al Santuario Franciscano y las inmediaciones de los sectores por donde se desarrollaba la procesión estuvieron abarrotadas de vendedores de todo tipo de artículos, prendas de vestir, frutas, comidas y accesorios.
La Policía, los bomberos y elementos del Departamento de Justicia y Vigilancia del Municipio de Azogues procuraron mantener el orden y atender situaciones de emergencia.