
Por invitación del Municipio Intercultural de Cañar, el GAD Municipal de Azogues se hizo presente en la segunda edición de la caminata Qhapac Ñan; por delegación del Alcalde, Dr. Virgilio Saquicela Espinoza, acudió el Ing. Julio Barzallo, andinista, co-fundador del club de Parapente y Aventura a integrarse al raid.
Desde el asiento fundado por los caciques Achu y Palla en la provincia del Chimborazo, siguiendo la legendaria Ruta Cañari-Inka que atraviesa las cumbres y páramos andinos del nudo del Azuay hasta llegar a la laguna sagrada de Culebrillas, se cumplió. Expresó que tras esta experiencia, se planteará que en próximas ediciones se pueda organizar la Ruta Kañari, que parta desde Ingapirca y llegue hasta los vestigios de Cojitambo.
Barzallo Guaraca indica que un grupo de arqueólogos, antropólogos, historiadores, andinistas, se unieron una vez más para transitar la ruta de los Incas y Cañaris. Caminos centenarios donde al paso se observan paredes de rocas talladas, antiguos refugios de piedra andesita, serpenteantes senderos bordeando abismos.
Los caminantes llegaron a las Cuevas de Espíndola, a la cumbre del cerro Tres Cruces a más de 4 mil trescientos metros de altitud, y atravesando la laguna de Culebrillas, para culminar el recorrido en la víspera de la celebración de Quilla Raimy, la Diosa de la Feminidad, la Madre Tierra, coincidiendo con la fecha 21, el solsticio de septiembre.
El Qhapac Ñan desentraña la esencia de la bravía raza Cañari, que resistió la invasión Inka, para luego fusionar su cultura enriqueciendo sus conocimientos astrológicos que permitían cultivar la tierra fecunda, como no hubo otra en todo el Tahuantinsuyo.
Milenaria herencia de una raza indomable que atravesó los helados pajonales, amigos de las apacibles llamas andinas, vencieron distancias, construyeron caminos en los collados de granito, cruzando las gélidas cumbres de cuarzo. Aún se mantienen los vestigios como impasibles testigos del esfuerzo de una estirpe guerrera.