
En el edificio de la Municipalidad de Azogues los ascensores no funcionan desde hace varios años y la puerta que tiene una rampa de acceso para personas con discapacidad no puede ser utilizada porque en ese espacio está el personal de recepción.
Las personas que padecen algún tipo de discapacidad física y las de la tercera edad tienen que subir hasta el primer piso alto si quieren hacer alguna gestión en la Alcaldía; al segundo piso, si buscan las áreas de Planificación, Avalúos y Catastros o Control Urbano, y más arriba si requieren ir a Obras Públicas o Asesoría Jurídica.
En la planta baja funcionan las ventanillas para el cobro de impuestos y el área de Talento Humano. A la entrada fue adaptado un espacio para recepción, justo delante de la puerta que debería ser utilizada por las personas con capacidades especiales. A un lado están los dos ascensores que durante varios años no han podido ser rehabilitados.
El concejal electo de Azogues, Gabriel Crespo Santacruz tiene discapacidad física y para movilizarse utiliza una silla de ruedas, pero con ella tiene dificultades para ingresar al municipio sin encontrarse con los obstáculos antes mencionados.
Ayer, la nueva autoridad llegó hasta la Municipalidad y después de superar con ayuda las barreras arquitectónicas, logró ingresar hasta la planta baja, donde preguntó en recepción si había un baño, a lo que el encargado señaló que lo había hacia las gradas que dan al parqueadero.
“Mi sueldo voy a compartirlo con la persona que tendré que contratar para que me cargue y me ayude a llegar a la sala de sesiones”, expresa Crespo, cuando se refiere al trabajo que se le viene como edil del cantón.
Aunque su problema va más allá, tiene que ver también con los inconvenientes que podría ocasionar en su columna vertebral la acción de ser levantado constantemente de su silla de ruedas.
Crespo considera que se debería declararse en estado de emergencia a las personas con discapacidad, porque no están integradas y porque ningún espacio público ni privado tiene los servicios más elementales para que puedan desempeñarse.
Para el director de Planificación, Pablo Abad, Azogues y su topografía presenta aspectos especiales en cuanto a este tema, las aceras tienen una serie de restricciones por procesos individuales que han satisfecho sus requerimientos sin pensar de manera solidaria en los demás.
El funcionario reconoce que la propia institución tiene un serio limitante: los ascensores que no han podido ser reparados debido a que los criterios técnicos han descartado esa posibilidad. El cambio total de la infraestructura costaría aproximadamente 100.000 dólares, precisa Abad, quien además se refiere a la reubicación de algunas de las dependencias municipales, lo que está considerado en un proyecto que comprende la utilización del edificio antiguo de la “Cerámica Azogues”.